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MERIMERI

DIALOGAR, COOPERAR... ¡APRENDER!

 

En el aula influye TODO, influyen ellos, nosotros y el contexto. Reflexiono sobre esto a menudo en mi aula porque se que en numerosas ocasiones soy yo la que transmite a mis alumnos incontables sensaciones que determinan su manera de comportarse. Si yo me siento bien conmigo misma, el día anterior dormí bien, no discutí con nadie, desayuné tranquila…entonces mis alumnos están receptivos, contentos, curiosos…etc. Pero si por el contrario me siento deprimida o molesta por algo, ya sea porque hubo tráfico en la carretera o por que el día anterior discutí con alguien, entonces se que, seguro, mis alumnos estarán más desganados, menos atentos, más “pegones”, y menos motivados. No falla. Y no solo es mi estado de ánimo el que influye en el aula, sino también el de ellos; se nota cuando llueve y no han podido salir a la calle a jugar y cubrir sus necesidades de movimiento, se nota si alguno de ellos está pasando una mala racha en su familia, se nota que Pepito se cayó esta mañana al venir al cole y está preocupado por su herida, y por consiguiente esta preocupación se transmite al grupo, y todos están más pendientes del Betadine de la herida de Pepito que de cualquier potra cosa. Influyen tantas cosas en un aula que podría hablar de esto un par de horas seguidas. Influyen nuestros miedos, pensamientos ideológicos, pedagógicos, nuestras inquietudes e incluso nuestra alimentación...A su vez en nosotros influyen nuestras familias y amigos cercanos, y a su vez en estos sus familias y sus amigos. Todo envuelto en un contexto histórico y cultural en el que nos encontramos sumergidos (Constituyen el microcontexto, mesocontexto y macrocontexto de los que habla Brofenbrener) Por todo esto creo que no existen reglas fijas en la tarea que nos ocupa, ya que, cada aula, cada grupo, conforma un contesto diferente a cualquiera y de nada nos servirán los trucos pedagógicos mágicos, ni posiciones rígidas en nuestra enseñanza.

Tal y cómo explican en su texto Rosa Colomina y Mº josé Rochera, la labor del profesor es mucho mas complicada. Deberíamos observar y analizar las características de nuestros alumnos, de los contenidos que queremos transmitir, y del contexto que nos condiciona. Una vez analizado el “terreno” y teniendo en cuenta nuestras características como docentes, construiríamos nuestro estilo de enseñanza/aprendizaje. De esta manera garantizaríamos, al menos por un tiempo, la motivación de nuestros alumnos. Digo al menos por un tiempo porque deberíamos tener muy presente que las aulas no son contextos estáticos de aprendizaje, sino que, para que exista un verdadero avance de aprendizaje dentro de ella, tenemos que aceptar y afrontar la inestabilidad de sus características en el tiempo, ya que tratamos con individuos en pleno desarrollo y por tanto en constante cambio.

 

La lectura de los textos de estas unidades me ha hecho reflexionar sobre todo lo que estoy aprendiendo este año al impartir enseñanza en un centro en el que se trabaja por proyectos (En infantil no tenemos libros de texto, trabajamos entorno a centros de interés que eligen los propios niños). En ellos tenemos muy en cuenta la necesidad de la co-construcción de conocimientos por parte de profesores y alumnos tal y como explican Cooll y Solé, y Colomina y Onrubia en sus textos. Según la teoría socio-cultural, profesores y alumnos tienen el mismo protagonismo en el proceso de aprendizaje. En nuestros proyectos el profesor es un guía que parte de los intereses de los alumnos y elabora materiales para canalizar su interés y convertirlo en conocimiento a partir del aprendizaje colaborativo. En esta misma línea destaco la idea principal del texto de Colomina y Onrubia y afirmo mi total de acuerdo con ella: La colaboración entre iguales es la respuesta a la consecución del VERDADERO APRENDIZAJE.

Después de reflexionar un poco sobre esta idea, y de analizar las conversaciones que tienen mis alumnos entre ellos, creo que se consigue este verdadero aprendizaje porque a través del diálogo cooperativo pasan por una serie de fases que intento explicar a continuación:

 

1- Expresión del propio punto de vista: en este momento el lenguaje cumple su función psicológica; el alumno tiene que hacer el esfuerzo de organizar sus esquemas mentales para tomar una posición determinada ante un tema, y después expresarla correctamente.

2- Escucha y comprensión de las ideas de los compañeros: en esta fase se desarrolla la capacidad de empatía. Los alumnos deben hacer un esfuerzo por comprender las ideas de sus compañeros. Además aprenderán a escuchar.

3- Diálogo abierto: en esta fase aprenden poco a poco a respetar el turno de palabra y a valorar cada una de las aportaciones y tenerlas en cuenta. Esto es muy difícil para ellos teniendo en cuenta que se encuentran en un momento evolutivo de fuerte egocentrismo. En esta fase se producirán en los esquemas de conocimiento de los alumnos un desequilibrio al intentar compatibilizar las ideas de sus compañeros con las suyas.

4- Acuerdos y conclusiones: es en esta fase donde se modifican los esquemas de conocimiento para llegar a un nuevo equilibrio. De esta manera se ha producido un VERDADERO APRENDIZAJE.

 

Este verdadero aprendizaje desencadenará en los alumnos sentimientos positivos ya que se sentirán dueños de su propio aprendizaje. Estarán más motivados para seguir trabajando en otros contenidos.

 

Con todo esto he querido destacar la importancia que tiene la interacción entre iguales en el aprendizaje, y dejar clara mi postura vigotskiana, y a la vez piagetana: los alumnos deben construir su propio aprendizaje y “aprender a aprender” (con la insustituible guía del profesor, que proporcionará los andamios necesarios)

También he querido destacar la importancia de la doble función del lenguaje en los aprendizajes significativos, y la necesidad de reflexionar sobre este durante todo el proceso. En esta misma actividad, el lenguaje me ha ayudado a poner en orden mis ideas.

Creo que es muy importante hacer explicitas las reglas que deben guiar el lenguaje oral y pactarlas con nuestros alumnos. Mi opinión es que en esta sociedad necesitamos aprender a utilizar mejor el lenguaje, puesto que cada vez se habla más y se escucha menos. Con esta idea termino la 2º reflexión de esta asignatura.

Como dijo Antonio Machado: “Para dialogar preguntad primero; después…escuchad”

 

2 comentarios

Sol Andrés -

Me uno al comentario de "noe": es un placer leerte. Comprendes lecturas nada fáciles, y nos muestras cómo las vinculas a tu práctica. ¡Sigue así!

Un saludo

noe -

Me ha gustado leer tu reflexión porque he visto sintetizadas de forma sencilla las ideas. Gracias por compartirlo.